Ha puesto sus dogmas ideológicos por encima de la seguridad de los ciudadanos a los que juró o prometió proteger
Grande-Marlaska fomenta el odio
Grande-Marlaska fomenta el odio
Los hechos sucedidos en la manifestación del ‘orgullo’ del pasado sábado, han dejado tras de sí un rastro totalitario que exige responsabilidades.
La comitiva del grupo Ciudadanos fue rodeada por un grupo de manifestantes muy exaltados que, saltándose el cordón de seguridad, comenzaron a empujarlos e insultarlos al grito de ¡fascistas! La Policía de Grande-Marlaska, en vez de proteger a Ciudadanos, les evacuó para evitar que hubiera heridos.
Poco antes de las agresiones, el ministro de Interior, nada menos, había alentado a los violentos con estas palabras:
‘Pactar con quien trata de limitar derechos LGTBI, si alguien entiende que eso no tiene que tener una consecuencia en un sentido o en otro, podría calificarse de irresponsable’.
Súmate a esta campaña que pide la dimisión de Grande-Marlaska por incitación al odio. Por decirle a la comunidad LGTBI ajena al discurso establecido por sus lobbies radicalizados, que manifestarse bajo determinadas siglas políticas podría tener ‘consecuencias’.
El ministro, que debería ser ejemplo de lucha contra toda violencia, no sólo justifica que haya ‘consecuencias’ (las que cada uno entienda oportunas, violentas o no), si no que llama irresponsables a quienes no las busquen. Es decir, empuja al enfrentamiento civil en la sociedad.
Sus declaraciones no sólo avergüenzan por su intolerancia, si no que son profundamente discriminatorias al considerar que las personas LGTBI que no acepten los postulados políticos de los sectarios lobbies organizadores de la manifestación, no pueden expresarse libremente por sus derechos civiles. Es decir, los quiere meter de nuevo al armario.
La pregunta es: ¿desde cuando en una manifestación se desaloja a los que van en orden tras su pancarta haciendo sus reclamaciones en lugar de a los violentos que la atacan?
Eso sucedió exactamente este sábado en Madrid. Que a los violentos se les dejó continuar la ‘fiesta’ mientras que la democracia era evacuada y escondida para acallar a los totalitarios.
Es oportuno recordar que los derechos civiles son de todos y que los que ahora pretenden arrogarse la defensa del colectivo LGTBI, son los que antaño (socialistas y comunistas) los castigaban, toturaban, encerraban o asesinaban por el hecho de ser homosexuales. De hecho las dictaduras comunistas o socialistas, siguen haciéndolo, como por ejemplo, en Irán.
La dictadura LGTBI no es sólo la que hemos visto desfilar este fin de semana prohibiendo integrarse a quienes discrepan de su ideología sectaria. Es la misma que nos dice a ti y a mí, que nuestros hijos, nuestros sobrinos y nuestros nietos deben ser adoctrinados desde el colegio y educarse hipersexualizados.
Recuerda que fue precisamente Grande-Marlaska quien firmó de su puño y letra la revocación de utilidad pública de HazteOir.org. Y lo hizo porque se atrevieron a disentir de los dogmas de la ideología de género con la campaña del autobús.
Pide la dimisión del ministro de Interior por haber puesto sus dogmas ideológicos por encima de la seguridad de los ciudadanos a los que juró o prometió proteger.
¡Cuento contigo!