George Soros financió generosamente la campaña por la legalización en Uruguay
NO a la legalización de la marihuana
victoria
NO a la legalización de la marihuana
La Plenaria del Senado se encuentra citada este lunes para votar el Proyecto de Ley 80 de 2014 Senado con el que se pretende autorizar al gobierno para reglamentar el “uso terapéutico” de la marihuana. El problema es que el proyecto no reglamenta la disposición constitucional, sino que pone en manos del gobierno la facultad de reglamentar, permitiendo que este tome cualquier decisión por vía de decreto.
Ya hemos señalado hasta la saciedad, que el verdadero autor del proyecto no es otro que el gobierno nacional, quien está utilizando toda la maquinaria para impulsarlo, empezando por el mismo Ministro de Salud Alejandro Gaviria, que ya era un entusiasta de la legalización de las drogas cuando era decano en la Universidad de los Andes. También está siendo apoyado por la Fundación Buen Gobierno, el motor de la reelección del presidente Santos, en cabeza de César Gaviria, cuya militancia a favor de la legalización de las drogas viene de aquella Comisión Global sobre Política de Drogas junto con el brasilero Fernando Cardoso y el mexicano Ernesto Zedillo, financiada por la fundación Open Society de George Soros.
George Soros, un húngaro radicado en Estados Unidos que se ha hecho multimillonario gracias a la especulación financiera, es quien ha financiado la gran mayoría de iniciativas alrededor del globo para la legalización de la marihuana. En Colombia patrocina ONGs como DeJusticia y la abortista Women’s Link Worldwide de Mónica Roa y medios como La Silla Vacía, desde donde financia campañas a favor de la legalización de las drogas y del aborto. Es públicamente conocido que en Uruguay, Soros puso 60 mil dólares para financiar el proyecto del presidente Mújica de legalizar la marihuana. Por eso, no resulta extraño que el pasado 23 de septiembre el presidente Juan Manuel Santos se haya reunido con él en la sede de la ONU.
El proyecto toma como excusa una disposición del artículo 49 de la Constitución Política, producto del Acto Legislativo 02 de 2009 en el cual quedó establecido que
El porte y el consumo de sustancias estupefacientes o sicotrópicas está prohibido, salvo prescripción médica.
Claramente en la Constitución aparece como una excepción, pero ahora el proyecto de Galán intenta invertir esto y, con la excusa del “uso terapéutico” del cannabis, subvertir la prohibición expresa del porte y consumo de drogas. Su objetivo es la legalización plena de las drogas, no sólo la marihuana, y aunque esto lo nieguen en otros escenarios, se han puesto en evidencia, por ejemplo, cuando Roy Barreras ofreció a sus compañeros de comisión “té de coca” para defender el proyecto, o cuando Galán defendió la legalización como forma de combatir el narcotráfico, que en nuestro país se mueve más con cocaína que con marihuana. También es explícita la intención de los proponentes cuando el proyecto despenaliza la plantación, fabricación, trafico o porte de marihuana, con la excusa del “uso medicinal”.
“Esto estaría sujeto a la reglamentación del proyecto y normatividad que expida el Invima, las autoridades sanitarias, el Ministerio de Justicia y de Salud, que liderarán una mesa intersectorial, en donde quedarían consignados los detalles de en qué condiciones se autorizan esos cultivos,pero no se perseguirían penalmente, eliminaríamos el tipo penal que hoy está”, dijo el senador Galán.
¿Hay realmente ese vacío jurídico que el senador Galán dice estar resolviendo? No, en absoluto. El acto legislativo 02 de 2009 no necesita reglamentación ninguna, pues es suficientemente explícito en señalar que no se persiguen penalmente las sustancias que son usadas bajo prescripción médica. Esta salvedad fue establecida por el Congreso para reconocer el hecho de que algunos medicamentos son utilizados como estupefaciente recreativo, y que no podía privarse de él a quienes los necesitaran para tratar sus enfermedades.
Sin embargo, es evidente que ningún médico prescribiría marihuana a sus pacientes, pues a pesar de la especulación sobre los efectos positivos que la droga pueda tener como paliativo, también está documentado el daño que el THC provoca en el cerebro de quien lo consume regularmente. Daños que el Ministro de Salud ha querido pasar por alto, afirmando irresponsablemente que “la marihuana es menos dañina que el alcohol o el tabaco”, con lo cual podemos ver borrados de un plumazo todos los esfuerzos hechos en materia de prevención de drogas entre adolescentes.
Firma ahora, y expresa a los senadores tu oposición a que se abra la puerta a la legalización de las drogas en el país con la excusa del “uso terapéutico” de la marihuana.
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